lunes, 22 de noviembre de 2010

El babuino que dejó de sonreír III

Salirle a una el tiro por la culata es la expresión que mejor refleja lo vivido la semana pasada.

Enviar un correo en nombre de Dios Engreído comunicando que fue un error el despido Gafas de Búho fue el movimiento más torpe que se ha visto en muchos años y una de mis mayores metidas de pata de la historia.

El objetivo era que le readmitieran, no que se quedara en la calle para siempre. Cuando se despide al hombre que administra los servidores de correo humanos pidiendo su readmisión y dicho director dice que él no ha enviado nunca tal correo todo el mundo piensa automáticamente que el culpable sea esa persona que admnistra(ba) los servidores de correo.

Ahora soy la mujer que nunca estuvo allí. No puedo confesarle a Babuino Sonriente ni a nadie más que fui yo quien envió ese correo y que mi intención era que readmitieran a su amigo, pero tampoco puede exculpar a Gafas de Búho del acto que yo cometí.

Para limpiar mi conciencia he puesto a Gafas de Búho con Leguleyo Encarnizado. Una abogado laboralista especializado en casos de despido improcente y de los otros también. El grano en el culo más grande que he visto nunca y el tocapelotas supremo del universo, carente de toda moral o escrúpulos. Si la tiene o la ha tenido alguna vez ya nadie se acuerda.

Lo que más me fastidia de este asunto es que he juntado a la única persona que es capaz de ver como soy en realidad con otra persona que viene a ser más o menos como yo, es decir, que se pasa la vida conspirando, aunque a él no le importa tener una fachada de honorabilidad, porque a estas alturas de la película todos sabemos que los abogados que se dedican a defender a la gente son gente rastrera, sin escrúpulos y sin un ápice de moral y humanidad y eso es lo que está bien visto entre los de su gremio.

Ya veremos donde y cuando explota este globo lleno de fluidos fétidos con capacidad para enmarronar a cualquiera que se vea salpicado.

viernes, 12 de noviembre de 2010

El babuino que dejó de sonreír II

Esta semana he estado muy ocupada. El lunes una de las primeras cosas que hice fue enviar algunos correos desde la cuenta de Dios Engreído. Soy consciente de que la suplantación de identidad es un delito penado con la cárcel, pero en este caso se trata de un servicio social.

Dios Engreído es el director de recursos inhumanos de SlaverCorp y es tan sencillo adivinar su contraseña corporativa como tropezar con su ego. Alguna ventaja tenía haber sido su mano derecha durante una temporada.

En paralelo recabé toda la información posible sobre el despido de Gafas de Búho, que aunque aparentemente procedente se trató más de una venganza que de un despido disciplinario al uso. Con los criterios seguidos el propio director de recursos desperdicios humanos debería haberse echado a la calle a si mismo.

Es por ese motivo por e que envié ciertos correos anulando el despido de Gafas de Búho. Evidentemente Dios Engreído sabía que no los había enviado el. Una cosa es que sea más engreído que listo, y otra cosa es que sea subnormal. Antes de todo esto ya había averiguado que los accesos al correo corporativo no se auditan, puesto que no hay espacio para eso y además era el propio despedido quien administraba el correo corporativo.

En resumen, Gafas de Búho se presentó ayer en la oficina porque tenía una carta certificada firmada por Dios Engreído en la que se le informaba que su despido había sido por un "error administrativo". Evidentemente a Dios Engreído no le ha gustado nada, y según me han contado tampoco podía creer lo que veían sus ojos, pero la carta estaba firmada por él, por lo que no podía decirle que esa carta había sido enviada por "error administrativo" porque Error Administrativo no es nadie que trabaje allí. La carta en realidad ha sido enviada por un becario a petición suya.

La moraleja de este asunto no sé cual es, ni como terminará porque desde luego no ha hecho más que empezar. Supongo que D. Engreído cambiará el criterio para elegir las contraseñas a uno diferente de las primeras letras del mes en curso y el año actual. Su becario aprenderá a preguntar sobre decisiones trascendentes, Gafas de Búho habrá aprendido a tener la boca cerrada aunque le tiren de la lengua, la compañía habrá aprendido que para despedir gente hay que ser más sutil y yo aprenderé a no meterme donde no me llaman, porque cualquier día de estos me pillarán y se me caerá el pelo. De momento hasta que ese día llegue seguiré siendo la Pecorilla Descastada.

O no, puede que nadie aprenda nada de eso. Dios Engreído podrá saltar al vacío desde su ego y hacer un cráter al aterrizar. Ahora su contraseña llevará e año actual con cuatro dígitos en lugar de con dos. En becario tendrá más miedo a preguntar a su prepotente jefe que a hacer las cosas relevantes sin confirmar. Gafas de Búho seguirá siendo el administrador de redes competente de siempre, aunque seguirá muriendo por la boca cual pez y desde luego seguirá odiándome. La compañía intentará sustituir a su administrador de redes por un primate infracualificado con un sueldo propio de la época dorada de la esclavitud y no sólo a cualquier adminsitrador de redes, sí no a cualquiera que cobre un céntimo más de lo mínimo que marca el convenio. Yo por mi parte me seguiré inmiscuyendo en asuntos ajenos cuando lo considere oportuno, porque una cosa es que sea una mala pécora de cuidado, y mienta más que hable pero otra cosa diferente es que me engañe a mi misma.

Saludos y que pasen un horrible fin de semana.

Pecorilla Descastada
Ex-seleccionadora de Recursos (in)Humanos

lunes, 8 de noviembre de 2010

J-Charly, eres un cobarde

De entre muchas de las cosas que me fastidian de vivir en Ultramemia es la doble moral del personal. Para que engañaros (y engañarme), yo te doy una palmadita en la espalda y por dentro me estoy cagando en tu padre, en tu madre y en toda tu familia, y en algunas ocasiones deseando que en esa mano que da la palmada haya en realidad un puñal, pero no me miento a mi misma.

Opino que nuestro minarca, sagrado timonel de nuestro destino y nuestra suerte es un cobarde y que todos los pitecos que le aplaudieron como zombies sin cerebro cuando dijo su famosa frase del "tú por qué no te callas" cuando consideró que cierto jefe de estado estaba faltando al respeto a los representantes de varias naciones reunidos en una cumbre y no es capaz de cantarle las cuarenta a su Pontificia Excrecencia el Señor Don Raztinger Z cuando a venido a su país a insultar a sus habitantes en plena cara.

Seguro que no soy quien para decirle a nuestro Jefecillo de Estado como deben ser las relaciones internacionales, pero al menos sé que cuando un Jefe de Estado extranjero viene al país de uno a insultarle, a decirle al Gobierno elegido por el pueblo que le ofende la política que está llevando y encima haciéndose la víctima cual judío desnudo corriendo por el bosque intentando escapar de los nazis cuando él mismo estuvo voluntariamente en el lado de los perseguidores.


Lo lamento profundamente, pero señor Jota-Charly, si hoy lunes no toma medidas de trascendencia con este asunto puede decorar el cetro real con alambre de espino oxidado y introducírselo en oblicuo y sin vaselina por su real trasero y después practicarle una real felación a un arma de fuego cargada con el gatillo flojo. Qué venga ya la República, primero porque ustéd deja que un Emperador extranjero, si, emperador, que es el cargo que conceptualmente ostenta el Papa venga a su país a reírse de sus ciudadanos, segundo permite que sus ciudadanos paguen el viaje y todos los gastos logísticos de semejante despropósito, y tercero es un macarra sin ninguna vergüenza.


Por estos motivos (y otros que no vienen al caso) siento que el señor JC y todos aquellos que permiten este y otros despropósitos no me representan y no merecen mi respeto, porque cuando los que mandan pierden la vergüenza los que obedecen pierden el respeto.

Y a todos los fans que se compraron la camiseta del "por qué no te callas" o se compran una con la frase de "JC, ¿por qué eres tan bocazas cuando no hace falta y te callas como las putas cuando insultan a los ciudadanos de tu país? o adquirís una réplica del cetro y hacéis con él lo mismo que le he recomendado a nuestro minarca.

Ya veremos si hay que cambiar de nacionalidad.

Saludos y que tengáis un asqueroso lunes.

viernes, 5 de noviembre de 2010

El babuino que dejó de sonreír

La mayoría de vosotros, embriones mal desarrollados de ser humano, infraseres que no llegáis a la categoría de persona pensareis que soy una sucia y rastrera víbora en el cuerpo de una mujer. Una persona de esas que te apuñala o te vende a la mínima oportunidad. Que con la boca dice una cosa y con sus acciones otra distinta. Que soy desalmada, despiadada e impía. Es decir, una mala pécora con todas sus letras.

Seguramente algunos de vosotros tengáis razón al calificarme con alguno de esos epítetos. Sinceramente y sin tapujos, me da igual lo que penséis. Sois libres de opinar y de hecho tenéis una caja de texto debajo para poner lo que opináis de esta y de otras entradas. Me divierte mucho leer los comentarios. No es necesario que seáis imaginativos, al fin y al cabo me dais asco vosotros y todos los que son como vosotros, que no tenéis mejores cosas que hacer que satisfacer vuestra morbosa curiosidad.

Por otra parte me llena orgullo y satisfacciones que vuestro tiempo que tan poco valoráis lo desperdicies leyendo mis exabruptos que siempre van acompañados de espumarajos y tropezones de vómito en lugar de estar discutiendo sobre algún reality de esos que expulsan por la caja tonta.

Y ya que estoy comentando sobre como gestiona su tiempo cada cual diré que los viernes los dedico a comer con una persona que es lo más parecido a un amigo que conozco. Esa persona es Babuino Sonriente, uno de los informáticos de SlaverCorp, la compañía en la que he trabajado antes.

Como trabajador es muy diligente, y como persona es un cacho de pan y fijaos bien, creo que es la primera vez que digo que alguien es un "cacho de pan" sin ironía, o sin matizar que es un cacho de pan duro. Es una persona de buen trato y con mucha paciencia. Siempre está sonriendo y no le cuesta esfuerzo hacerlo, pero hoy la cosa era diferente.

Resulta que su jefe, Gafas de Búho ha tenido sus más y sus menos con otro de los compañeros del trabajo y como acción ejemplar le han mandado a la calle. La consecuencia de echar a uno de los informáticos cuando tienes un equipo de dos personas que además están especializadas en aspectos distintos es que al que se queda se le cae la casa encima.

Ya hace tiempo que le buscaban las cosquillas a Gafas de Buhó, porque según algunos cobra demasiado. Ahora sólo queda ver a quien meten en su lugar.

El caso es que me da pena Babuino Sonriente. No me la da tanto Gafas de Buhó a quien no le caigo bien. Le hice la entrevista de trabajo, sé que es un trabajador capaz y un experto en lo suyo. Mis redes de contactos me lo confirmaron. El caso es que él es capaz de ver como soy en realidad, y eso me inquieta, no obstante tendré que hacer algo, aunque no me apetezca, porque como el lunes Babuino Sonriente no haya recuperado la sonrisa no la recuparará nunca.

Tengo los contactos, pero ¿hasta que punto estoy dispuesta a implicarme para restablecer el orden normal de las cosas?