viernes, 14 de mayo de 2010

Victorias propias y victorias ajenas

La sensación que hoy he experimentado va más allá del asco.

Es comprensible que en tiempos de crisis y de rumores de nuevos despidos, con nuevo record de parados y con el IBEX35 que parece una montaña rusa la gente busque evasión para conservar la cordura y olvidarse un rato de la situación.

Una persona inteligente o no inteligente pero si práctica se buscaría algún pasatiempo. Caminar, montar en bicicleta, hacer monederos con planos de metro, macramé o punto de cruz. Así mataría dos pájaros de un tiro. Por una parte tendría un algo con lo que entretenerse y además algo que se podría vender en caso de convertirse en una afición seria.

Es muy sencillo, pero no, hay algunos que se dedican a aficiones que les hacen sufrir más, y además voluntariamente. ¿ya sabes a quien me refiero? Puede que sea a ti, sucio aficionado del Atlético de Madrid, que además de presumir de ser un masoquista (aunque en vuestra jerga os denomináis "sufridores") vaais llorando por las esquinas porque vuestro equipo, el equipo que habéis elegido pierde un partido, y os moris de regocijo y de alegría para una vez que gana. Sois tan cutres como dicho equipo, tristes hasta para ganar, que esperais al último minuto de la prorroga para marcar gol.


Además son individuos que no se ponen nunca la camiseta del equipo excepto cuando gana, aunque este comportamiento no es exclusivo de los aficionados de este club. Es algo en común a todos los miembros de la manada de aficionados al fútbol, que se acuerdan de su equipo cuando llega a finales y se convierten en los seguidores más fieles. Se compran la camiseta y luego te dicen que la han tenido desde siempre.

Los mismo pasa en SlaverCorp. Algunas personas muestran fidelidad a la empresa en los tiempos de crisis, intentando hacer ver que son los más trabajadores, que han tenido ofertas de las competencia y las han rechazado. Que podían haberse hecho de un equipo campeón pero que han sido fieles en los malos tiempos, aunque no lo mostraran y ahora que el equipo gana algo importante emergen para hacer ver que han estado allí siempre, que son aficionados leales, queriendo participar del la gloria.

Pero en el fondo todos sabemos que no es una gloria propia. Que las victorias del equipo son ajenas, que los que no pisan el césped no ganan. Que si no vas al estadio a apoyar ni siquiera has puesto tu grano de arena. Siéntete partícipe de las victorias ajenas si quieres, pero serás una de esas personas que me dan asco y pena. Cuando tengo que elegir si beneficiar entre un fan del deporte profesional que se atribuye los méritos de grupos externos como propios y alguien que tiene un hobby que practica activamente en lugar de ser un hobby consistente en mirar como otros practican su afición o su oficio elijo claramente a estos últimos, que por lo menos viven y participan de los acontecimientos por si mismos, para los demás solo les deseo sufrimiento, pero no más que el que ellos se desean a sí mismos.

No me dan ni pena.