lunes, 31 de agosto de 2009

Otra vez de vuelta

Buenas, criaturitas de Internet, ¿me habéis echado de menos? Yo a vosotros no, que queréis que os diga. Bueno, vale, si,una pizca, pero una pizca muy pequeña.

Ya he vuelto. La Pecorilla Descastada vuelve a la carga y se reincorpora al mundo laboral. ¡Que tiemble todo el mundo!


He decidido fichar por MegaSlaverCorp. La compañía que ha adquirido a mi anterior empresa SlaverCorp y que dio a mi anterior jefe supermo carta blanca para despedir a quien quisiera. Lo sé, es un poco incongrunete que los negligentes que le concedieron superpoderes para hacer lo que les plazca a un bovino rencoroso y a un equino rayado con menos luces que un semáforo estropeado, pero es una manera de arreglar el estropicio que han montado y devolver la estabilidad al mundo.

En cualquier caso me incorpora mañana para un puesto en el que no sé que funciones voy a desempeñar, pero que según la persona que me entrevistó "supone un nuevo desafío a la altura de mis capacidades en un entorno de trabajo abierto y dinámico".

Lo que no sé por qué emplea una frase como esa si ella sabe que yo he trabajado varios años como técnico de recursos humanos especializada en selección ella también sabe que yo sé que lo sabe.

Pronto os cuento más.

martes, 4 de agosto de 2009

Felices reodores

Hoy me he despertado en el hotel en el que estoy alojada. He tenido un sueño. Allí estaban todos. Corrían por la pradera despreocupados cantando y riendo.

La horda de los PBC, Gafasdebúho y Babuino Sonriente, Megapij, Triki Irascible, Enteradillo, Cerdocostroso, Cara de Culo, Borregosupino, Feladora Implacable, Ojonieve, Mochoveloz, Gata Preguntona, Pardillo (mi último becario), Perra Gorda, Diosengrido, Torobubador, Pelopaja, Cojones Cuadrados y muchos otros. No faltaba nadie, incluso estaban muchos de los que ya no están y muchos que nunca han pertenecido a SlaverCorp pero que han estado relacionados con mi pasado laboral.

Todos dichosos, todos alegres. Todos trotando por el campo. Felices en su ignorancia. Se dirigen corriendo a un barranco. De pronto reparo en el detalle de que todos tienen orejas de roedor. Son lemmings arrojándose al abismo y yo no estoy entre ellos.

No me da pena dejarles atrás, auqnue echaré de menos algunas de sus gilipolleces, porque es que cuando pienso que no se puede ser más idiota suele haber alguno que me sorprende, lo que hace que en cierto modo sean entrañables estampables.

Desde luego este sueño ha sido el mensaje de que esa historia se acabó definitivamente.