viernes, 18 de junio de 2010

Mi deporte favorito: despedir gente

Buenos días.

Bienvenidos de nuevo, leales seguidores y lectores que os acercais por primera vez. En estos días que sólo se habla del mundial de fútbol publico esta nota para sincerarme con vosotros y hablar de uno de mis deportes favoritos, porque no todo va a ser darle a la pelota en esta vida, pero antes os pongo en antecedentes.

A pesar de la purga realizada en SlaverCorp siempre quedan refugiados en algunos departamentos. Existen algunos trabajadores que son escoria laboral, no son eficaces, no son proactivos y mucho menos resolutivos. Es más, ni siquiera están capacitados intelectualmente para realizar su trabajo.

Pero hay dos clases de especialistas que no saben lo bastante. Los que son conscientes de su capacidad y se esfuerzan por estar a la altura y los demás, que siendo conscientes de su limitación les da o mismo y van a la oficina a pasar el día.

En el ERE no pudimos despedir a algunos de ellos, porque las prioridades marcadas eran el ahorro y hubo que despedir a trabajadores con los sueldos más altos aunque fueran productivos.

En el área de Gestión técnica hay un personaje de este segundo grupo. Es conocido como Lum-Vago. Además de ser conocido por sus dolores de espalda y por la baja más larga de la historia de la empresa, también tiene multitud de ausencias injustificadas especialmente en viernes y vísperas de festivo y no da un palo al agua, pero en el sistema que tenemos para medir el rendimiento parece que trabaja más que nadie.

Pero no es fácil despedirle, puesto que sus compañeros de departamento le cubren siempre, aunque estén enmarronados por tener que hacer el trabajo de él además del que les corresponde.

Lo que he descubierto es que su departamento está sobredimensionado. Hay ocho técnicos, pero en realidad la carga de trabajo habitual es para seis. Si sus compañeros se vieran ahogados podríamos reestructurar el departamento y quitar a una persona de allí para reforzar otro departamento. Pero en realidad no es lo que quiero. Para un departamento en el que no están ahogados no quiero tocarle. Simplemente deseo que esa persona que no trabaja y defrauda a la empresa sea recolocada en otro sitio. Por ejemplo en un que se llama Oficina de Empleo.

Mi deporte de esta temporada va a ser buscar algún método de conseguir que esta persona sea despedida de manera procedente. Además voy a intentar que le comunique el despido justo cuando regrese de sus vacaciones.

No me miréis así. Las pecorillas descastadas no somos diferentes a ti. Simplemente hace mucho que de vez en cuando nos desmarcamos del rebaño y hacemos aquellas cosas que todas las demás ovejas desean hacer pero no se atreven.

Se despide,

Pecorilla Descastada.
Consultora en Ajuste de Recursos.

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