Hace no unas semanas he tenido la oportunidad de viajar a la India por motivos laborales. El viaje ha sido largo, cansado e improductivo, pero si muy interesante. Bangalore tiene la población del aproximada del área metropolitana de Madrid, sólo que es mucho más caótica. Imaginad el Rastro, multiplicadlo por cinco y poned a una pandilla de timadores en todas las esquinas que en muchos casos incluso suplantan a funcionarios para cobrarte "una tasa de entrada a a ciudad", aunque sinceramente, las estafas a los occidentales me parecían cosas inocentes en comparación con otras cosas que vi.
Una vuelta corta por la ciudad, una visita relámpago al jardín botánico de Lal Bagh, las visitas de rigor a Electronics City por motivos laborales y poco más, ya que no estuvimos muchos días ni marchaban las cosas lo suficientemente bien como para que tuviera sentido prorrogar el viaje.
El viaje fue infructuoso. Jefus se indignó por como trataban los empresaurios locales a sus empleados. Yo le indiqué que España y Grecia son las Indias de Occidente y el me dijo que no, que no podía ser así. Yo le insistí en que si, que un poco si, que diera tiempo al tiempo, que hace un año y medio en Grecia estaban como nosotros ahora y dentro de un poco más estarán como en a India, es decir, poniendo el culo en pompa ofreciéndose para ser subcontratados en lo que sea y al precio que sea, y el que no quiera ver que no mire, pero antes de lo que se imagina utilizaremos las torres de las catedrales y los monumentos como soportes publicitarios para el lucro y beneficio de multinacionales.
Al final no llegamos a un acuerdo con los hindúes, en parte gracias a mi reticencia, porque Jefus, por mucho que se queje en el fondo sólo se preocupa por su tasa de beneficios, Es una actitud cortoplacista y negligente, más propia de niños caprichosos y criaturas poco evolucionadas que de un señor que tiene un MBA. Esta actitud está marcando clara tendencia en las políticas empresariales de la élite hispaistaní, a la que Responsabilidad Social Corporativa le suena a un plan de seguros de crédito para PYMES en lugar de significar el "conjunto de buenas prácticas a la que el gobierno corporativo debe aspirar". En fin, el tiempo dará la razón a quien la tenga.
Para finalizar os voy a dar unos cuantos consejos útiles si visitáis la India.
Nunca, pero nunca nunca comas nada comprado en un puesto callejero. Excepto que vayas con un amigo de allí que ehaya vivido en un país occidental y con el que hayas compartido viandas en otras ocasiones.
Nunca jamás compres un niño. Y menos un bebé. No os voy a explicar por qué no se debe hacer porque si vuestro cerebro de mosquito ha sido capaz de llegar hasta esta página puede razonar lo suficien
No uses la mano izquierda para recoger algo que te entrega alguien ni mucho menos toques a alguien con ella.
Con respecto a los timos y demás... no te cabrees demasiado, cuando creas que has sido muy listo y te has librado de una estafa antes de cinco minutos ya te estarán estafando de nuevo. Lo dicho. No te hagas sangre, te saldrá una úlcera. Más te roba el gobierno de Hispanistán y protestas menos.
Como conclusión final debo decir que no deseo hacer ningún viaje más con Jefus hasta más allá de la vuelta de la esquina, aunque como explicaré en la siguiente entrada no ha sido el último.
Sólo espero que no se apunte a la cena de navidad.
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