martes, 7 de septiembre de 2010

Síndrome postvacacional

"¡Ay! que duro es volver de las vacaciones." "Qué bien que se estaba de vacaciones." y otras expresiones favoritas son clásicos de la vuelta al trabajo.

Y yo me pregunto, ¿sí tanto trauma les cuesta a algunos reincorporarse de las vacaciones para que vuelven? No ven que con cuatro millones de parados si ellos no quieren volver a trabajar seguro que hay alguien que quiere venir en su lugar?

Creo que no me he explicado bien, no es que odie a mis compañeros de trabajo, es que me repugnan los quejicas, y más cuando sé que se quejan por todo y que son incapaces de disfrutar de sus vacaciones tanto como yo de las mías.

No es que me considere mejor que ellos, ni que mi tiempo libre sea de más calidad que el suyo, ni mucho menos, Amo del Universo nos libre, simplemente sucede que llevo viéndoles las caras demasiado tiempo y que se quejan por todo. Este es el caso de VacaBurra, que no es la que más se queja pero debido a su extraordinaria fisiología y las características arquitectónicas del edificio que compartimos sus rebuznos son los que más se escuchan.

"Qué mal me sientan los lunes", "necesito un café por la mañana", "Con lo bien que se estaba en la playita...", "todavía estamos a martes...", "anda que no queda para el próximo puente". Vamos por partes bonita de cara.

En primer lugar madrugar un lunes sienta mal cuando no has parado en todo el fin de semana, entre trasnochar y otras actividades y que conste que lo que cada uno hace en su tiempo libre me es indiferente siempre y cuando no interfiera con su horario laboral.

En segundo lugar, no necesitas un café, eso es mentira, igual que cuando dices que el chico que viene a por el correo no está como para comérselo. Lo que sucede es que vienes a trabajar sin desayunar y que si te levantaras quince minutos antes y vinieras con más calma no estarías alterada como estas.

En la playita estabas igual de bien que tumbada a la bartola en tu casa, lo que te fastidia es pensar que tienes un montón de días de vacaciones y darte cuenta que ya se te han acabado y tienes que ver la cara a los patanes de siempre, consuélate, yo también tengo que escuchar tus lamentos y no me quejo en público.

¿Para que quieres que llegue el viernes? ¿Para que falte menos para el lunes?

Me dan arcadas los quejicas. Estoy cansada de aguantar las mismos lloriqueos de infraseres con una mentalidad infantil subdesarrollada. Al lugar de trabajo se viene a trabajar y si tu condición física no te permite rendir adecuadamente lo debe justificar un médico. Se puede tolerar que de vez en cuando no se esté al 100%, que a la vuelta de vacaciones haya trabajo pendiente acumulado, pero nunca ningún patrón ha pedido a sus subordinados que lo complete el día que vuelve de vacaciones, sino que se ponga al día cuanto antes.

Ponerse al día, no enseñar las fotos de las vacaciones a todos los demás, incluso a quienes no queremos verlas. Me he mordido mucho la lengua diciendo lo bien que te queda el bañador, pero sinceramente, alguien debería llamar a Adena y decirles que hay un cachalote con bikini varado en la playa.

En definitiva, hay personas no saben disfrutar de sus vacaciones y deberían renunciar a ellas.

PD: No e fastidia reincorporarme al trabajo, lo que me fastidia es tener que compartir mi espacio con los mismos individuos aborregados de siempre. Por suerte creo que la semana que viene me incorporo en un nuevo puesto. Creo que peor que esto no puede ser.

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