Las porras de la oficina

Acabo de regresar del despacho de Torobufador, donde había ido para hablar de mi becario, el cual no ha venido porque está de exámenes y la verdad es que le he echado mucho de menos. Cuando finalice el mes se marchará y ya no le veremos más por aquí, supongo. A menos que convenza a Torobufador de que le haga un contrato, cosa a la que se negará en redondo, como se negó a hacérselo a los doce becarios anteriores que he formado.

Me ha estado preguntado por su progreso porque hay que evaluarle para que le convaliden los créditos de las prácticas.

Como no le gusta mucho que me enrolle voy a reproducir las palabras exactas.

- Tengo que ir haciendo la evaluación del becario, porque me voy mañana de vacaciones. Resúmame en pocas palabras su paso por aquí.
- Entró siendo un PBC y se marcha siendo un PBC.
- ¿Cuantas veces te tengo que decir que no insultes a tus compañeros?
- Eso no es un insulto.
- Vale, ¿entonces estás diciendo que se marcha igual que entró?
- Ni de coña. Lo que digo es que entró siendo un Pardillo Becario Correveydile que no sabía hacer el recado más simple y se marcha siendo un Perfecto Becario Colaborador, que es un nivel claramente superior a la media de la plantilla que está contratada.
- ¡No faltes al resto de tus compañeros!
- ¡Oiga! ¡Que describir la realidad no es insultar!
- ¿Así que hoy vas de listilla?
- Ni de listilla ni de nada. El que es un listo es el PBC, que seguro que acaba de directivo en la competencia.
- Amos anda, que ahora mismo es un becario. No te flipes.

Se ve que le había tocado la fibra al jefe y ya hasta hablaba en plan coloquial. Me encanta sacarle de sus casillas, porque tengo unas clausulas muy bonitas en mi contrato que le impiden echarme sin indemnizarme muy cuantiosamente, lo que me permite tocarme las narices sin que me puede mandar de paseo, aunque yo me quiero ir de paseo porque SlaverCorp apesta.


- Ni me flipo ni me dejo de flipar. El chico está haciendo el trabajo que se dejó sin hacer Traidor Arrastrado y no le lleva ni la mitad de la jornada hacerlo.
- Me estás diciendo ahora que Traidor Arrastrado no daba un palo al agua.
- No, eso lo ha dicho usted, y yo le confirmo que es cierto.
- Deja de tocarme las pelotas y desviar la atención y vamos a centrarnos de nuevo.
- De acuerdo.
- ¿Qué tengo que poner en el informe?
- Nada. El informe te lo mando y tú lo firmas junto con una carta de recomendación para que encuentre trabajo fácilmente donde quiera.
- Hasta aquí hemos llegado. Solo falta que tú seas quien me diga sí recomiendo a un subordinado o no.
- Yo no digo nada. Busque usted donde están los becarios que he formado yo y los puestos que ocupan. La mitad de ellos son ejecutivos junior y la otra mitad excepto uno están ocupando puestos de investigación en universidades nacionales o extranjeras.
- ¿Y el uno que queda?
- Está de directivo y como siga al ritmo que va será la próxima persona que ocupe su sillón.
- Me estas diciendo que eres la ostia formando becarios.
-Milagros no hago, pero si me das algo de materia prima yo les doy las herramientas para que alcancen su potencial máximo por ellos mismos.
- Contando clips...
- Fomentando su capacidad de concentración y abstracción, entre otras cosas.
- Haciéndoles preguntar por una persona por toda la torre...
- Reforzando su tesón y que desarrollen su capacidad de exploración de nuevas soluciones.
- Menospreciándoles en público...
- Desarollando su capacidad de sobreponerse a las críticas.

Ahora Torobufador si que se estaba poniendo nervioso. Me dispuse a saborear el momento, porque esa es una de esas situaciones que solo ocurren una vez en la vida, y era realmente deliciosa.

- Veo que tienes una respuesta para todo.
- Es que usted me lo pone muy fácil
- ¿Cómo dices?
- Que obligándome a formar a doce becarios me ha hecho desarrollar un gran método y que por mucho que usted lo cuestione es muy eficaz.
- Pecorilla, debo reconocer que formando becarios eres una fiera, pero tratando con tus superiores eres un desastre.
- Eso es a lo que ustedes me han enseñado.
- ¿CÓMO DICES?
- Que cuando usted dice que tiene una reunión superurgente lo que en realidad va a hacer es reunirse con un bocata de queso cheddar con pavo.
- Cómo sabes que es de queso cheddar con pavo.
- Me lo ha dicho mi becario.
- ¿Le has mandado a espiarme?
- No, le puse un ejercicio para mejorar su capacidad de atención y de paso me gane cincuenta euros en una porra en la que me aposté que con gente de la oficina que el becario podía seguir sus pasos durante más de cuatro horas e informarnos en tiempo real sus movimientos sin que usted se diera cuenta.
- ¡YA ES SUFICIENTE! SALGA DE ESTE DESPACHO AHORA MISMO.
- Como usted quiera. Usted manda y yo obedezco. Como siempre.

La expresión como siempre se escapó de mis labios con un tono cantarín que le enfureció todavía más mientras él cerró su puerta de un portazo y continuaba soltando toda clase de exabruptos sobre mi manera de tratar a los superiores, aunque en el fondo sabe que siempre le obedezco, es más, quizás demasiado literalmente.

Salí sonriendo del despacho feliz y aliviada mientras Perra Gorda detenía el cronometro y anunciaba que acababa de establecer un nuevo record. Los compañeros que estaban esperando fuera se apresuraron a abrir sus billeteras y entregarle a Perra Gorda la cantidad estipulada para que la contara y me diera mi parte.

Me encantan las porras de la oficina. Es mucho mejor que apostar al fútbol u otros deportes.

Y en vuestros trabajos ¿no haceis porras?