martes, 30 de junio de 2009

Cretinos ocultos en capullos

Internet permite anonimidad en forma de seudónimo. Algunas personas amparadas por el anonimato deciden ser otras personas distintas y insultar al personal, pensando que no pueden ser identificados, aunque realmente no experimentan un cambio de personalidad, sacan a relucir su verdadero yo.

Lo que desconocen es qu conozco el momento exacto que se ha enviado un comentario y que se puede rastrear su origen. Puede que np se pueda rastrear hasta la persona, pero no me importa. Lo que sí que me molesta es que tenga la opción de neviar comentarios anónimos pinchando en anónimo.

Quiero que los comentaristas anónimos se molesten en escribir la palabra "Anónimo" como seudónimo. Al menos eso les frena un poco a la hora de pasearse por bitácoras ajenas insultando al personal en serie, porque a veces los insultos que he recibido ni siquiera tienen que ver con el contenido, es gente que se siente invulnerable y que va diciendo estupideces inhorentes en plan "eres tonto", "tú si que eres tonta" y otras palabras que una persona que ha ido a un buen colgegio no debe reproducir y pro tanto no reproduzco.

Esos cretinos, ocultos en su capullo que campan a sus anchas en realidad demuestran que intelectualmente están a la altura de una medusa carente de cerebro, que con su subdesarrollada red neuronal difusa supera ampliamente la capacidad de ciertos individuos con estructuras más desarrolladas y con acceso a un teclado.

Había pensado en deshabilitar los comentarios anónimos, pero tiene su romantacismo el dejar comentar libremente y dar la responsabilidad a los comentaristas de hacer un uso inteligente de su libertad y que demuestren sí la merecen o por el contrario son de los que tienen que tener permiso a la hora de opinar.

La mayoría de comentariastas de este sitio son gente responsable, que está de acuerdo conmigo, siempre tengo razón, o me lleván la contraria, pero habitualmente esgrimen argumentos y no caen en el insulto. Para los individuos que no están incuídos en el grupo anterior existe la censura, que no duraré en utilizar. Quien quiera insultarme es libre de hacerlo, porque al fin y al cabo este es mi blog y tengo la última palabra. Sí el insulto es gracioso o simpático lo incuiré en mi repertorio.

No obstante no permito las injurias a terceros. Quien quiera insultar a otras personas que se busque otra plataforma, o mejor, que haga cola en la tienda para comprar cuarto y mitad de agallas y le diga directamente lo que piensa. ¡Qué fácil es ocultarse detrás de una máscara para poder insultar a los demás! Sin embargo es antideportivo.

En conclusión: Tener pulgares oponibles no es óbice para tener inteligencia. Dejaré los comentarios sin moderación y los insultos caerán de vuelta a sus propietarios, aunque no regresen a leerlos. Por otra parte las injurias a terceros serán editadas inmisericordemente.

4 comentarios:

  1. Por desgracia, y vistas otras experiencias anteriores, hay que conectar la moderación de comentarios, ya que hay gente que amparándose en el anonimato se dedica a insultar a los demás de forma cobarde.
    Es lo que hay, es muy fácil escampar mierda.
    Por cierto, me he apuntado a seguir tu blog. Un saludo.

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  2. Jajajaj! Qué raro que no hayas vomitado en esta entrada por culpa de los cretinos!!

    La verdad es que no soy partidario de la censura a los comentarios. A veces se abren "debates" interesantes entre los comentarios! Y normalmente, el que insulta suele ser ignorado. Se hace oídos sordos, que duele mucho. El famoso látigo de la indiferencia!!!
    No sé muy bien qué ha ocurrido, pero también entiendo que no consientas insultos a tus seguidores (por cierto, vamos creciendo poco a poco, eh?)

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  3. Aunque pueda parecer lo contrario, esto no son ganas de tocar las narices: ¿qué diferencia hay entre estos monos amparados en el anonimato y el que tú -o yo, de hecho- no digamos a la gente de nuestro alrededor lo patéticas y estúpidas que nos parecen?

    Igualmente lo veo como un método de descargar frustración sin dar la cara en realidad; sacamos a relucir nuestro "verdadero yo" sin usar nuestro verdadero nombre, ya sea por miedo o por ser prácticos (el oficio de mala pécora debe necesitar una fachada).

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  4. Bueno, ni modo, yo estoy en contra de la censura, yo siempre que leo un insulto, simple y sencillamente lo ignoro. No se puede discutir con alguien que insulta, ya que nunca tendrá argumentos para debatir, solamente se basan en el insulto, o dirán que únicamente se critica por envidia, mejor déjenlos en su burbuja, y sigamos adelante. No vale la pena rebajarse a ese nivel.

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A las pecorillas nos gustan los cotilleos y la polémica, así que nútreme con tu opinión.