lunes, 4 de mayo de 2009

Gracias mamá

Gracias mamá.

Muchas gracias por no haberme parido en un lugar del tercer mundo, donde solo por ser mujer socialmente sería considerada como una puñetera mierda.

Gracias por no haberme tenido en una aldea en la que para poder tener agua potable hubiera necesitado andar cinco kilómetros con un balde vacío y desandarlos con un cubo lleno.

Te quiero agradecer también que te divorciaras de aquel alcohólico que afirmabas que era mi padre, aunque nos podías haber hecho un favor ambas y no haberte casado de penalti.

Muchas gracias por intentar protegerme de todo lo malo del mundo de la mejor manera posible, aunque mantenerme en un capullo y ocultarme todo lo malo solo ayuda a que salgas al mundo desprevinida y sin preparar. Afortunadamente me preparé yo por mi cuenta.

Muchas gracias por enseñarme a no dejarme avasallar, aunque era yo la que intentaba hacerme con el bollo del recreo de los demás niños y algunos me tenían miedo en el colegio.

Gracias por la comida casera. Las lentejas son la prueba de que una madre ama a su hija y desea su felicidad. Es más, un plato de lentejas caseras siempre es una ración doble de felicidad.

Solo tengo un reproche: ¿Por qué no te casaste con un supermillonario?

No os acostumbreis, no soy de esas que dan las gracias ni piden disculpas, pero madre no hay más que una, y aunque la mía no es perfecta no está lejos de serlo. Eso no hace que a ratos no la odie un poco (o bastante, para que engañarnos). Pero además de odiar también puedo querer un poco icluso a la gente que a veces odio.

1 comentario:

A las pecorillas nos gustan los cotilleos y la polémica, así que nútreme con tu opinión.